29 de abril de 2009

Sustrato frágil

Tantas veces perdemos lo que encontramos. Pero resulta que perder algo que buscamos sería todavía más negligente. Aún peor sería no buscar nada, entonces no perderíamos nada, pero tampoco ganaríamos. Entonces entiendo que es preferible encontrar y retener, aunque a veces cueste, dependiendo del objeto. Por eso encuentro algunas paradojas: la vida hay que retenerla, y reteniéndola la perdemos. Por otro lado, la salvación hay que cuidarla para alncanzarla al final. Entonces no es el sustrato material sino lo invisible lo permanente. Pero viviendo en un mundo meramente visual, ¿cómo ser ciegos? ¿O cómo ver lo invisible tras el brillo enceguecedor? Cómo no oir el ruido persuasivo de la vanidad, cuando es lo único que suena en las calles. Tal vez el problema no sea el ruido, sino el silencio de algunos.

Quisiera creer que el viento habla en idiomas entendibles, o que los árboles cuentan secretos. Pero no tienen boca. Y los que la tienen parecen usarla para no decir, aunque digan algo, y decir lo indecible. Usar palabras complicadas y juegos de palabras es algo que me entretiene más a mí, que se a que me refiero puntualmente, que a ustedes. Pero cada uno puede interpretar a su modo, aunque al final de cuentas, decantada la connotación siempre se denota algo, si se busca con esmero y si uno no se rinde y se conforma.

Prefiero pensar en mundos donde los colores son reales, en donde las palabras no son aire y la realidad es una sola. Es cómodo en cierta forma. Imaginar. Sustraerse por un rato. Es simple.

Lo difícil es soñar despierto, y no dormir en el intento.

14 de febrero de 2009

paradojas

Si vivir fuera solo respirar no habría tantos que ya no respiran. Si decidir fuera solo tirar la moneda no habría tantas dudas acusadoras a posteriori. Si los condicionales fueran solo una leyenda no seríamos protagonistas de realidades amorfas y cuentos chinos. Somos parte de un mundo que busca siempre estar fuera del mundo, somos parte de un todo que busca la nada, paradójicamente, mientras se encuentra en ella.
La gente que se conoce y luego de desconoce, las metas fijas que se deslizan en toboganes ajenos, los errores de otros que se vuelven propios.
Estamos, en apariencia, sonriendole a la vida que se nos presenta y velando a la vida alterna, esa que hay que conseguir con esfuerzo y lágrimas. ¿Por qué tantas veces nos frutramos? ¿Por qué nos conformamos? Porque en realidad nada nos conforma, entonces mejor aceptar lo que toca, y morir sin intentar. Sería demasiado arriesgado creer que la situación actual es solo una eventualidad hacia una realidad mejor. Lo que queremos siempre nos resulta imposible, porque miramos con ojos miopes, porque proyectar es ser un soñador y decir “soñador” es connotar irresponsabilidad. Para mí es denotar una responsabilidad mayor, sobre la vida propia, y no sobre concepciones de otros. En definitiva, estas palabras son solo palabras, que en papel o computadora solo expresan pero no hacen. Solo persuaden o irritan. Pero no importa el fín, sino la causa. Y es solo pasar el rato.