14 de febrero de 2009

paradojas

Si vivir fuera solo respirar no habría tantos que ya no respiran. Si decidir fuera solo tirar la moneda no habría tantas dudas acusadoras a posteriori. Si los condicionales fueran solo una leyenda no seríamos protagonistas de realidades amorfas y cuentos chinos. Somos parte de un mundo que busca siempre estar fuera del mundo, somos parte de un todo que busca la nada, paradójicamente, mientras se encuentra en ella.
La gente que se conoce y luego de desconoce, las metas fijas que se deslizan en toboganes ajenos, los errores de otros que se vuelven propios.
Estamos, en apariencia, sonriendole a la vida que se nos presenta y velando a la vida alterna, esa que hay que conseguir con esfuerzo y lágrimas. ¿Por qué tantas veces nos frutramos? ¿Por qué nos conformamos? Porque en realidad nada nos conforma, entonces mejor aceptar lo que toca, y morir sin intentar. Sería demasiado arriesgado creer que la situación actual es solo una eventualidad hacia una realidad mejor. Lo que queremos siempre nos resulta imposible, porque miramos con ojos miopes, porque proyectar es ser un soñador y decir “soñador” es connotar irresponsabilidad. Para mí es denotar una responsabilidad mayor, sobre la vida propia, y no sobre concepciones de otros. En definitiva, estas palabras son solo palabras, que en papel o computadora solo expresan pero no hacen. Solo persuaden o irritan. Pero no importa el fín, sino la causa. Y es solo pasar el rato.