5 de diciembre de 2010

Oración a Dios

Señor, que mis días valgan la pena.
Que pueda pueda ver en cada mirada el reflejo de tus ojos.
Que no esté demasiado ocupada como para detenerme y escucharte,
que pueda estar lo suficienteme activa en vos, como para seguir.
Cada minuto quiero estar en comunión con tu persona,
buscarte y deleitarme en tu presencia.
Quiero darte las gracias, porque no fue por mis logros que te alcancé,
vos me alcanzaste a mí; y en esta carrera yo te sigo, vamos juntos, vas delante, te persigo. Y tu velocidad es proporcional a mi disposición y humildad, entonces, cuando ves un corazón sincero y desesperado por verte, te detenés. Y de repente estamos los dos en ese lugar, donde nada más tiene valor, salvo creerte.
Mis preguntas no se desvanecen, pero te las entrego, y entonces confío, que las respuestas van a venir a tu tiempo, que nunca es tarde ni temprano, es perfecto. Solo entonces descanso, y entiendo una vez más, que a veces solo basta con decirte cuanto te necesito, entregarme y morir a mi autosuficiencia. Porque la realidad es que enamorarme de vos, fue darme cuenta que vos me conquistaste, porque no había nada bueno en mí que pudiera enamorarte, fue solo tu gracia, y tu decisión de amarme, como soy.
Escuchar tu silencio en momentos de dificultad es como una suave brisa de verano, diciéndome que esté atenta a oirte, a rendirme, a dejar de explicar humanamente mis caminos, mis opciones. Vos sos el dueño de todo, de mi pasado, de mi presente y de mi futuro, ¿qué puedo temer? Si vos estás acá, junto a mí. Te siento tan cerca que casi respiro tu perfume, y me doy cuenta que no merecía tu perdón.
Tu sonrisa es lo único que quiero ver, que me alienta a seguir cuando solo veo nada. Me llevaste al desierto para enamorarme, me diste de tu provisión y me diste tus promesas. Me diste más. Siempre me das más, cuando soy menos; cuando siento que sólo veo ruinas, tu voz me guía en las oscuridad y me llevás de la mano y me decís: "está todo escrito en mi libro, siempre estuve, estoy , y voy a estar. No hay una coma demás, no falta ningún punto, no sobra ningún punto final. ¿Me creés?" Y te creo. Las promesas parecieran un sueño lejano, un cuento de esos que se cuentan a los nenes para que duerman. Pero hoy despierto, y te veo. Y sonreímos.

Solo vos. Solo vos y yo.

Te amo Dios.

1 comentario:

actitud y alegria dijo...

Sublime, profunda, sincera y hermosa oración.

Te quiero Raton!